Eso lo piden los oídos aturdidos de fosforitos, 3×3 o cualquier otro producto explosivo que haga ruido. Ahora en los Estados Unidos están empezando tendencias y cambios pro medio ambiente en ese ruidoso ámbito. Se da en ciudades de todo el Oeste de EE. UU. donde prohíben fuegos artificiales para el domingo próximo cuando celebren su fecha de independencia en medio de temores de incendios forestales. Ahora no solo se trata del ruido que provocan sino del riesgo de “jugar” con fuego otro peligro que a esta altura está dejando en cenizas parte de ese país azotado por sequías e incendios.
Fin de un ciclo
Algunas ciudades del oeste de Estados Unidos están prohibiendo los fuegos artificiales antes del fin de semana del 4 de julio en medio de temores de que la pirotecnia pueda provocar incendios forestales catastróficos durante una ola de calor histórica como se ha dado en tiempos anteriores.
Las autoridades advierten que la combinación de temperaturas récord altas, condiciones extremas de sequía y fuegos artificiales en casa crea una situación similar a una caja fatal que podría convertirse rápidamente devastadora. Por esto en distintos Estados se lanza la campaña del adiós a los fuegos artificiales por sus costos para todos. EEUU está en su cumpleaños número 244, que significa que en 16 años cumplirá 3 siglos de existencia, y quizá para llegar a esa edad están despidiéndose de fuegos artificiales como generalmente celebraban ese momento.
Portland, Oregon, rompió récords el lunes cuando alcanzó un máximo de 47 grados de calor y , el departamento de bomberos emitió una prohibición absoluta de todos los fuegos artificiales debido a las altas temperaturas y las condiciones secas y con eso reducir el riesgo de la producción de fuego y su posterior provocación de peligrosos incendios de los que se buscan despedir.
Tendrán que buscar opciones diferentes de celebración porque los fuegos se han convertido en peligro para todos. Por aquí en Luque las fábricas de explosivos siguen igual sin cambiar ni por imitación por la difícil despedida a la producción que da una entrada para celebrar sin fuego el tener un plato en la mesa.