El Paraguay no tiene un régimen de castas como tiene la India, pero en la realidad sí tenemos un sector que vive de forma privilegiada por encima de otros y esa es la llamada Clase Política. Los brahmanes de la sociedad paraguaya, aquellos que pueden colocar sin ningún inconveniente a toda la parentela y después todavía ir mucho más allá y establecer vínculos con la familia afectiva regular que tiene esa persona.
Paraguay sigue sosteniendo a familias completas en el presupuesto general de gastos, cifras millonarias para personas que no tienen la más mínima capacidad para estar en dicho lugar.
Se intentó por varias fórmulas; aquellas que hablan del nepotismo que prohíbe por ley que alguien contrate un pariente; es sencillo, el político se puso de acuerdo con otro político en la repartición y colocaron a sus parentelas mutuas en ambos sitios, sin tener que ser ellos los que nombraban directamente.
Se intentó por el camino de los concursos de oposición para el ingreso a la función pública, tampoco funcionó. Durante el tiempo en que más se insistió sobre esto, en la administración de Lugo, ingresaron casi 70 mil por mecanismos que no fueron los que debieran por ley, que es el de presentarse a exámenes para ocupar un cargo.
La casta de los políticos no se empobrece como en la India, y fundamentalmente le saca ganas a muchos paraguayos que tienen capacidad orientadas hacia lo público a no intentas siquiera el poder competir para alcanzar un lugar desde donde servir a la gente y no de servirse.