El título no trata de una combinación para alimentarse sino lo descubierto de lo que hace el consumir mucha carne, al hacer esto en países cómo el nuestro donde gran parte del menú gastronómico está basado en la carne vacuna que es tan habitual como el calor del verano que padecemos.
Tiene su lado positivo como que es una fuente de vitamina B12; esta vitamina nos ayuda a metabolizar las proteínas, a formar glóbulos rojos ya darle mantenimiento al sistema nervioso central. La carne vacuna en un país con más de 14 millones de vacas es rica en zinc que ayuda a protegernos contra el daño oxidativo, a la cicatrización de la piel y para crear hemoglobina.
La sudoración es una función esencial que ayuda al cuerpo a permanecer fresco, no significa que reduzcamos kilogramos, nos volvamos más esbeltos o reduzcamos el volumen de grasa del cuerpo, en realidad todo está en lo que y cuanto decidimos comer.
Las investigaciones sugieren que el consumo de proteínas aumenta la temperatura corporal más que el consumo de carbohidratos o grasas lo que produce altas probabilidades de sudar durante el paladeo de cortes de carne .
Hallazgos científicos
Lo que se sabe es que la proteína aumenta la temperatura del cuerpo. La Universidad Estatal de Arizona les pidió a 10 mujeres jóvenes que comieran alimentos abundantes en proteínas o en carbohidratos durante un día y tomaron varias mediciones incluida la temperatura corporal. Después, cuatro u ocho semanas más tarde, las mujeres regresaron al laboratorio y comieron otra cosa. La temperatura corporal de las mujeres era más alta después de comer una cena más abundante en proteína que después de una abundante alimentación en carbohidratos. Otros estudios limitados sugieren que ocurre lo mismo en los hombres.
No hay diferencia de género. El hombre o la mujer subimos de temperatura al comer asados u otros cortes o lo que sea que tenga proteínas como parte de su cocción. Otros estudios concluyen que la proteína aumenta la temperatura corporal porque el organismo debe trabajar más, es decir, gastar más energía para digerirlas, y este trabajo también libera calor.
La digestión de las proteínas “gasta mucha energía”, afirmó Stuart Phillips, kinesiólogo y director del Centro McMaster de Investigación de Nutrición, Ejercicio y Salud de la Universidad McMaster en Hamilton, Ontario.
Los peligros del consumo de carne
Por otro lado se sabe también que la ingesta de grandes cantidades de carne roja y carne procesada estaba asociada a un incremento en el riesgo de contraer cáncer de intestino , siendo mayor incluso el riesgo relacionado con la carne procesada, como todo alimento procesado.
Nuestro cuerpo utiliza las proteínas que comemos para producir proteínas nuevas y este proceso también produce calor, explicó un investigador. Por este motivo no debemos preocuparnos si vemos a un compañero comensal sudando mientras consume su corte de costilla, tapa cuadril o vacío sino solo avisarle del sudor que corre por su frente y pedirle que se asee o extenderle una bebida fresca para que su sistema nervioso actúe a favor de su imagen en la mesa, un lugar donde no levantamos pesas, corremos, saltamos o hacemos algo que nos haga sudar.
Estamos comiendo y debe ser un momento sagrado, privado, sin tensión, nervios o lo que sea que no ayude la digestión, el día en sus 24 horas debe ser bien dividido en las actividades que nos hagan sentir satisfechos en el estómago, la mente y el cuerpo. Lo que significa distribuir bien horas de descanso, alimentación, actividades físicas, laborales y académicas.Siendo todas estas formando parte de la sudoración en el extenso verano paraguayo.
Existen opciones para sobrellevar pero es importante saber el impacto y la relación que existe entre comer carne, sudar y padecer mas ciertas enfermedades.