Ya no hablamos más de las quincenas que anunciaba de manera reiterada desde el 1 de enero el renunciado ministro de Salud, Mazzoleni. Ahora aparecen otros protagonistas con los mismos errores.
Algunos han dicho que las vacunas llegaban el 25 de marzo y otros que llegaban el fin de semana, pero concretamente las vacunas no van a llegar. El Ministro de Salud ya dice que no sabe cuándo llegarán y el Canciller Nacional, Euclides Acevedo, dice “nuestra intuición indígena falló”.
El capitalismo se ha vuelto mucho más refinado y no sabíamos la codicia que se rodeaba en torno al tema de las vacunas. Hemos sobreestimado y subestimado nuestra capacidad y la realidad.
Si los indígenas son conocidos por tener ciertas intuiciones, es lógico también presuponer que no saben de las complejidades del manejo del capitalismo, pero Acevedo tendría que haber conocido de eso y tomar -juntamente con sus otros compañeros de ruta- el camino correcto para proveer de vacunas al país.
Está en el Gabinete hace más de un año, primero como Ministro del Interior y luego como Canciller Nacional, por lo que podría haber aportado mucho. Si él no sabía, como buen indígena, podría pedirle a otros que conozcan mejor el mundo que les explique cómo funciona el capitalismo normalmente y cómo funciona el capitalismo en tiempos de tragedias y de desgracias.
Si simplemente hubiera leído las memorias de los grandes banqueros, entre ellos Roschail, que en medio de la Segunda Guerra Mundial -él como judío- decía “hay que comprar cuando suenan las metrallas y las bombas y hay que vender cuando suenan los violines”.
Solo eso le hubiera servido al indígena Euclides Acevedo para tener una mejor intuición de cómo funciona el capitalismo en tiempos de tragedia y de pandemia.
