“Vacunas en las casas” podría denominarse la campaña que emprende el Ministerio de Salud de la zona del Alto Paraná, visitando casa por casa, buscando personas que todavía no se han vacunado por distintos argumentos.
Una de las cuestiones centrales de nuestra vida cotidiana en la procrastinación dejar, posponer, no hacer las cosas en el tiempo y el modo, y después lamentar sus consecuencias.
Como este es un tema de Salud Pública nos parece bien que se tengan todos los argumentos para no tener que escuchar la cuestión de que “no tuve oportunidad, no me dieron el permiso o simplemente no sabía dónde tenía que vacunarme”.
Los argumentos también de la difusión de la tarea de vacunación en la que se han gastado más de un millón de dólares ha llegado muy tarde; el ministerio y el Gobierno en particular han tenido que recurrir a ese propósito cuando la cosa ya comenzaron a complicarse y como en toda la pandemia nunca fuimos proactivos, nunca nos adelantamos, siempre estuvimos obrando sobre consecuencias y sobre hechos ya consumados que es parte de una política pública muy usual y frecuente entre nosotros. Hay que ir preparando a la población para casos de este tipo no sólo con la Variante Ómicron sino con otras, dicen los expertos internacionales, y para eso necesitamos actuar de forma ordenada planificada y seria.
