El hallazgo de un cuerpo en aguas del río Paraná, en la zona de Puerto Irala (Alto Paraná), volvió a encender las alarmas en torno al asesinato del teniente Guillermo Moral, ocurrido semanas atrás bajo estricta reserva judicial. El cadáver, rescatado el lunes, presentaba múltiples impactos de bala y llevaba más de un mes en el agua, según confirmó el médico forense Pablo Lemir.
El fiscal Édgar Delgado, encargado de la causa, señaló a la radio Monumental que el cuerpo pertenece a un ciudadano brasileño reportado como desaparecido. “Tenía varios impactos de bala”, indicó, agregando que los tatuajes visibles en el brazo y la espalda permitieron orientar la identificación inicial. Aunque se sospecha que podría tratarse del adolescente de 16 años señalado como uno de los presuntos sicarios del militar, la confirmación dependerá del estudio genético ya en curso.
Lemir explicó que la descomposición por inmersión dificulta precisar la fecha exacta de la muerte, aunque las evidencias apuntan a que el fallecimiento ocurrió hace más de 30 días. “Falleció por disparos de arma de fuego”, detalló el forense.
En paralelo, la periodista Fátima Garay informó que los investigadores detectaron una transferencia de dinero relacionada con el adolescente y que una mujer fue detenida por supuestamente colaborar en la logística del crimen. Para confirmar la identidad del cadáver, las autoridades extrajeron una muestra de ADN de la madre del joven desaparecido, cuya comparación será clave para avanzar en la investigación.
Periodista Senior