Por Cecilia Pérez
Ministra de Justicia
El servicio penitenciario es un servicio siempre imprescindible y en una situación como la que nos toca atravesar, el trabajo de los agentes penitenciarios, del personal de salud penitenciaria y de los centros educativos es aún más importante.
Todos juntos trabajando, preocupados porque la información llegue a la población y a los funcionarios de la manera correcta para que sepan de qué estamos hablando y qué implicaría el ingreso del coronavirus a los centros penitenciarios.
Atentos a las reacciones internas por las decisiones difíciles pero necesarias que debimos tomar en estos días.
La pandemia del Covid-19 viene en un difícil momento, donde ya tenemos internamente una crisis de seguridad.
La suspensión total de las visitas era una decisión difícil. Pudo haber traído malestar interno, para evitarlo, trabajamos en un sistema de comunicación interna y externa, para que las personas privadas de libertad y sus familiares la comprendieran.
Pensamos que lo mejor sería que los propios reclusos y reclusas le pidieran a los suyos que se quedaran en casa. A la iniciativa se sumaron los agentes penitenciarios y parte del personal de los diferentes penales. Se grabaron videos y se subieron a las redes junto con imágenes de las diferentes actividades programadas para suplir la ausencia de los seres queridos.
“Decile a tu ministra que están prohibidas las aglomeraciones”, eran los comentarios de las personas que desconocen la implicancia que tiene para las personas privadas de libertad recibir visitas.
Se determinó una persona por interno y en Tacumbú, en un domingo, de 9 a 12 hs, ingresaron 900 personas, lo cual era de esperarse ya que la población en la Penitenciaría Nacional es de aproximadamente 3.500 personas.
En medio de la preocupación, una mujer privada de libertad me escribió una carta agradeciendo por la medida de restricción de visitas. Me dijo que había leído comentarios lacerantes, en los que mucha gente deseaba el ingreso del virus y la muerte a todas las internas.
Y sin embargo nosotros, el gobierno, los agentes penitenciarios, el presidente, los ministros, todos trabajando por el bienestar de todos. Y ella agradeciendo que, a pesar del nefasto deseo de muchas personas, existieran otras a las cuales sus vidas si les importan.
Hoy esta epidemia nos iguala. Por eso es importante cuidarnos entre todos. No hay diferencia si estamos o no detrás de los muros. Cada vida cuenta.
