La economía paraguaya necesita encontrar un punto de apalancamiento rápido; las condiciones económicas no son de las mejores en el país, los niveles de inflación están incrementándose y la capacidad que tiene el Gobierno de poder endeudarse más siempre figura como peligro, ya que al mismo tiempo que uno se endeuda tiene que pagar las acreencias.
Ya el Fondo Monetario y el Banco Mundial le han dicho a este Gobierno que no pueden seguir parchando la gran reforma del Estado que se necesita, colocando bonos de tesoro en el exterior, que tiene que haber un cambio profundo en un Estado que roba mucho, que hace muy poco y que tiene una altísima burocracia costosa que no representa para nada una muestra sensible y clara de utilización de nuestros recursos, de nuestros impuestos en la tarea concreta del bien común.
El Estado, hasta ahora, no ha dado muestras desde el Presupuesto General de Gastos propuesto por el Ejecutivo y estudiado en el Congreso como tampoco de estos últimos, que no han tenido alternativas diferentes a las dos maneras de enjuagar la crisis: mayores endeudamientos o incremento de impuestos, por el otro lado.