Por Benjamín Fernández Bogado
La cooperación internacional va a sufrir un gran cambio después de esta pandemia. Esas miradas en cierta manera caritativa, pero por otro lado dependientes en que se encontraban varios países en el mundo viviendo de las donaciones va a tener que cambiar de forma profunda y para eso tendremos que cambiar nosotros nuestra actitud mendicante a una actitud orgullosa de desarrollar nuestras propias capacidades y autonomías.
Es lamentable que gran parte de la compra y contrataciones de servicios en el Paraguay lo hagan instituciones internacionales que se quedan con el 6% de comisión por cada tarea que realizan en nombre del Estado paraguayo. Nuestro Estado es incapaz de comprar sin corrupción, de contratar sin distorsiones. Si esto continúa de esta manera, nos van a seguir viendo con una mirada de compasión, de angustia y de lamento, y van a seguir diciendo vamos a tirarles algo a los paraguayos para que se contente de momento, porque en su tiempo tuvieron 500 millones de dólares para comprar insumos médicos y ni tapabocas lo pudieron hacer sin corrupción.
El Paraguay necesita cambiar profundamente su modelo de gestión para no depender ni de la condición de mendigo de los organismos internacionales o de la administración de sus recursos por parte de éstas. Vamos camino a ser un Estado fallido, si no hacemos este gran cambio que requerimos al interior de nuestra estructura administrativa.