Sería imposible imaginar un escenario más bárbaro que el de la laguna contaminada en las inmediaciones de Limpio. Para entender el tema hay que remontarse a uno de los procesos industriales más primarios cual es el tratamiento de cueros mediante productos químicos a fin de darles valor comercial. En cualquier país medianamente civilizado, ante la vista de una curtiembre flanqueada por un depósito de aguas pútridas producto de la actividad industrial, el establecimiento sería de inmediato clausurado para detener la contaminación, sus responsables sumariados, multados y, según los efectos comprobables previa investigación, hasta condenados a penas carcelarias.
Las curtiembres son una de las más letales fuentes de contaminación, con peligro directo para las personas, la vida animal y vegetal y, naturalmente, la salud medioambiental. Según su categoría, en una curtiembre se realizan procesos y utilizan productos que derivan en efluentes líquidos que pueden transportar óxido nitroso, sulfato ferroso amónico, aluminio, titanio, circonio además de una amplia variedad de materia orgánica como pelo, grasa, proteínas, queratinas, estiércol y suero sanguíneo. No sería extraño que en esos líquidos residuales hubiera disuelto cromo, un metal que en ciertas combinaciones y concentraciones puede llegar a ser toxico, carcinogénico y hasta provocar mutaciones celulares en mamíferos.
La presencia de una laguna llena de semejante coctel no es gratuita para las personas. Estudios científicos indican que quienes habitan en las inmediaciones de depósitos de efluentes del tipo existente en Limpio pueden sufrir esta escala de amenazas directas para su salud, según la concentración de los contaminantes: irritación de los ojos y de las vías respiratorias; grave intoxicación local de las mucosas; intoxicación subaguda de las mucosas; grave intoxicación, desmayo y calambres, y hasta un alto peligro de muerte de no recibir la victima atención inmediata y especializada.
La pregunta emergente es: ¿Cómo demonios se ha permitido la instalación y funcionamiento de una empresa con este bárbaro nivel de contaminación? ¿Qué hizo el municipio para resguardar la salud de sus habitantes? ¿Para qué está el MADES si no es para proteger a la población contra contaminadores seriales? ¿En qué cerro de Úbeda se perdió la fiscalía medioambiental? Muchas preguntas y ninguna respuesta satisfactoria.