Uno al estudiar lo que sea en la universidad, lo empieza y continúa con esperanza de encontrarse con un empleo al terminar el trabajo académico. Algo que no es habitual sino deber lógico y natural la existencia de trabajo relacionado a lo que hemos estudiado y dedicado tiempo para afinar nuestros conocimientos para mejorar un producto o servicio ofrecido por cualquier empresa ahí afuera.
Resulta que en ese lugar las cosas no pintan de lo mejor posible. La advertencia está ligada el mercado laboral está difícil, y esto no es una realidad solo paraguaya sino en los EE.UU, de donde surge este aviso resalta que no hay suficientes trabajos de nivel universitario. Algo que nos lleva a evaluar la relevancia que tiene el poseer un título universitario o uno de mando medio o técnico en cualquier campo. Esto sin quitarle valor a lo que pueda enseñarnos la universidad.
Un lugar que cómo indica su nombre significa «el conjunto de todas las cosas». El término universitas probablemente fue creado por Cicerón y deriva de universum, que significa «reunido en un todo». De donde esperamos egresar sabiendo y conociendo ese todo para aplicarlo a lo que nos haya motivado en un principio estudiar lo que hayamos escogido hacerlo en un principio.
A su vez es una notificación no solo para los universitarios sino para las mismas casas de estudio que deben tener opciones ligadas a lo que demanda el campo empresarial en lugar y momento determinado. Lo que sugiere también que las universidades o instituciones académicas deben estar en contacto frecuente con empresarios que busquen recursos humanos con habilidades particulares para sus iniciativas. Y no es una opinión norteamericana, sino sudamericana, lo que nos lleva a concluir que este dilema es uno internacional y no se enfoca a un país en particular.
En mi experiencia particular soy de la idea de no depender de un solo empleo para estar ocupado, seguro y hacerse de recursos que sirvan para costear los gastos más importantes que tengamos sino si es posible perfeccionarse en lo que conozcamos y ofrecer servicios de manera particular, ser freelancer o autónomo, lo que le daría mayor seguridad y control de sus ganancias sin estar preocupados de lo que concierna a los jefes, administradores o gerentes de la empresa donde trabajemos o pretendamos ser empleados.
El Secretario General del Centro de Empleados de Comercio de una ciudad argentina, Juan Berca, analizó este presente que atraviesan los empleados del sector y dijo que «este presente nos encuentra realmente muy preocupados por el retroceso que se plantea a nivel nacional». Hace poco la tasa de desempleo en Paraguay era del 6,5%, lo que corresponde a unas 242.982 personas desocupadas.
En Paraguay, el 9,40% de los jóvenes de 15 a 29 años están buscando activamente trabajo, lo que se denomina desempleo abierto. Esta situación afecta más a las mujeres, con un 11,16% de desempleo abierto, frente al 8,30% de los hombres. Una realidad que preocupa por la importancia que significa el tener ocupada a la población si es posible en nuestro país para evitar o controlar la migración que se da mayormente por la inexistencia de empleo entre otras demandas que presentemos los pobladores de un país que deciden sumarse al alto número de migrantes que volvemos a tener ahora cómo antes existieron personas que se mudaron a la Argentina.