viernes, julio 26, 2024
24.2 C
Asunción

Atención a quejidos

El oído no solo sirve para “escuchar” música ensordecedora, limpiarse habitualmente obteniendo placer por eso lo que aquí deseo resaltar es la atención que debemos dar a los sonidos que emite nuestro cuerpo en particular una vez arribado a una determinada edad.

Después de cierta edad nuestros movimientos vienen acompañados de una serie de gruñidos, quejidos y gemidos. Los expertos intentan explicar qué hay detrás.

Por ejemplo cuando me estoy levantando de una silla sueno como cuando Rafael Nadal devuelve una volea; cuando estoy alcanzando algo, saco un “uuuf” sibilante.

Requieren atención especial porque la mejor forma de curar es evitar o prevenir problemas posteriores a lo que solo hayamos creído que se trataba de algo poco o no importante para nuestra salud. Será “el quejido de la mediana edad”. Quizá no sean ruidos de las articulaciones sino los emitidos por nuestra boca, exhalación y lo que exprese fatiga, molestia o dolor. 

Razones detrás de los quejidos

La sinfonía de sonidos que hacemos puede tener una serie de causas distintas. “Creo que hay un componente físico, un componente mental, un componente voluntario y un componente involuntario”, que demandan atención y cuidado para evitar complicaciones posteriores que terminen movilizándonos o lastimando algún ángulo de nuestro cuerpo.

Los trastornos de las articulaciones por lesiones repentinas incluyen: Torceduras y distensiones : Los esguinces son ligamentos estirados o desgarrados. Las distensiones agudas son músculos o tendones estirados o desgarrados que ocurren por una lesión o movimiento repentino, como levantar un objeto pesado. Que implica sobre todo tomar precauciones al querer operar de una forma o con elementos que no podamos movilizar. Y por este motivo no tener vergüenza al solicitar ayuda de terceros, que podrían hacer el trabajo más ligero y llevadero para nosotros, que no paramos de quejarnos al hacer maniobras que molesten, duelan o lastimen.

Nuestras quejas habituales

Estos quejidos o sonidos de clamor pueden emitirse desde la infancia hasta la vejez, y en cada etapa de nuestra vida debemos tomar en serio estos ruidos que creemos que son normales implican conocer porqué y que nos está estorbando, y hacer algo a tiempo para prevenir que aumente el desagrado al hacer algo habitual. 

No debemos creer que son sonidos emitidos o habituales solo al envejecer o estar en recuperación de algún accidente. Las articulaciones de nuestro organismo representan órganos importantes de la orquesta de órganos que deben funcionar para hacer sonar y funcionar bien nuestro sistema, sostienen al cuerpo y facilitan nuestro movimiento cómo atletas o personas que no estemos corriendo, saltando o demandando nuestro cuerpo con frecuencia para ganar competencias o lucirnos en exposiciones, torneos o para o por lo que trabajemos con previsión.

Más del autor