La guerra de la mafia se ha entablado de manera vigorosa no sólo en territorios de México y Colombia, sino también en Paraguay.
El ataque en la zona de Pedro Juan Caballero contra el intendente municipal y también contra otras personas en la misma zona del Amambay nos lleva a una notable preocupación y a pensar seriamente cuán poco capaz es este Gobierno para enfrentar al crimen organizado, porque todas esas expresiones de que “estamos preocupados”, “nos importan”, el envío del Ministro del Interior a Pedro Juan Caballero para escuchar una dura reprimenda por parte del Gobernador Acevedo, hermano del intendente baleado, nos muestra una situación de indefensión e incapacidad del Gobierno para hacer frente a esto que ya se ha convertido en un grave problema de convivencia entre los paraguayos.
Cuando el miedo, y fundamentalmente, la incapacidad del Gobierno, se mezclan, estamos ante lo que podríamos denominar un Estado Fallido, un grupo de personas a quienes se les daba el monopolio de la fuerza y que, sin embargo, no es capaz de luchar contra ella.
El gobernador Acevedo dijo también que todos los policías en la zona del Amambay están trabajando para el narcotráfico, y si sumamos a eso las desconfianzas hacia la justicia en forma de fiscalía o de jueces, tenemos un cuadro completo de grave descomposición de toda la estructura social del Paraguay, y la falta de capacidad institucional para hacer frente a este tipo de asaltos a la vida y a la integridad de la sociedad en su conjunto.
Creemos que es tiempo de que el Gobierno se ponga los pantalones largos y enfrente con realismo, con verdad, y con fortaleza esto que puede acabar con cada uno de nosotros en un mar de decepción y -por qué no- de nuestras propias vidas.