El reparto del mercado en la contratación pública se da cuando dos o más empresas acuerdan limitar, restringir o falsear la competencia en los llamamientos a concurso que hace el estado para adquirir bienes o servicios con la finalidad de obtener beneficios que, de otra manera, les sería complicado alcanzar.
¿Se pueden beneficiar las empresas si dejan de presentarse a los concursos públicos o incluso si, presentándose, lo hacen mediante ofertas que adolecen de fallas provocadas de manera consciente?
Sí, y el secreto está en el acuerdo previo. Los empresarios pueden acordar, por ejemplo, repartirse el mercado de tal manera que uno será siempre proveedor de los Ministerios de Salud y Obras Públicas, el segundo del Ministerio de Cultura y Educación y el tercero del Ministerio del Ambiente, etc.
Para lograr que el acuerdo ilegal tenga efectos, las empresas pueden no presentar ofertas en los procesos de los Ministerios que no les corresponden de acuerdo con la asignación previa, y así limitan o restringen la competencia para que el proceso tenga un único oferente que podrá presentarse con precios muy superiores a los del mercado.
Otra manera un poco más sofisticada que se utiliza para que el acuerdo no sea tan evidente, es cuando las empresas se presentan a todos los procesos, pero al enviar las ofertas, lo hacen con errores insubsanables o con ofertas económicas astronómicas, es decir falseando la competencia, de tal manera que solo una empresa será la que cumpla con los requisitos técnicos y económicos, y por tanto resultará adjudicataria del contrato, asegurándose una ganancia mayor a la que hubiese tenido si la competencia era efectiva.
Hace dos meses, La Corte Suprema de Perú ratificó la multa de 4 millones de dólares, impuesta a tres empresas al evidenciarse la existencia de colusión en los procesos de licitación del Seguro Social para la compra de oxígeno medicinal.
Queda claro que el rol de las autoridades de competencia es fundamental y debe ser expedito e implacable, mucho más en este momento en el que las necesidades de compra son ingentes y los tiempos y la oferta, limitados.
