viernes, octubre 31

Aprender a vivir y trabajar

El trabajo es mucho más que solo un medio para obtener ingresos; es una actividad central que da estructura, significado y dignidad a la vida. Hoy día ha cambiado algo la filosofía de trabajar. Según el filósofo coreano Byung Chul Han; «Hoy día la gente se explota a sí misma voluntariamente creyendo que así se realiza».

La ociosidad es el fin último de la humanidad”. Así de claro fue el filósofo surcoreano Byung-Chul Han durante su intervención hace tres años en el Paraninfo de la Magdalena, en Santander, España. El pensador fue el protagonista del ciclo cultural ‘En Contexto’ de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), coincidiendo además con el décimo aniversario de su popular ensayo La sociedad del cansancio. Para Han, recuperar el arte de no hacer nada no es una excentricidad, sino una necesidad urgente. Y no hay más que vernos corriendo todo el día de un lado para otro para reconocer que tiene razón.  

El filósofo reivindicó una vida más contemplativa, lejos de la lógica de producción constante que domina nuestra era. “Hoy la gente se explota a sí misma voluntariamente creyendo que así se realiza”, apuntó. Según Han. Por ende aquellas personas que se autoexplotan para lograr objetivos particulares, agregó también que  el neoliberalismo ha logrado algo perverso: convertir el látigo del amo en un móvil inteligente que llevamos siempre en el bolsillo, y que lo usamos con entusiasmo.

Rescatar los valores 

Desde una mirada que mezcla tradición oriental y crítica social, Han habló de una “república de los vivos” donde las montañas, las plantas y las nubes sean también ciudadanas. Para combatir la crisis climática, no basta con cambiar de tecnologías; hay que modificar la relación que tenemos con la naturaleza, “contemplarla, no utilizarla”, DICE también que “El pensamiento llega, no se fuerza”, explicó. “Los filósofos no se explotan; reciben ideas y las agradecen”, y que “La poesía es la forma más pura de ociosidad lingüística”. 

Propuso un renacer de lo sabático, que se refiere al cese o descanso de trabajo con el fin de dedicarse a intereses personales, crecimiento y desarrollo. Por ende es sano hacer pausas frecuentes de nuestras tareas laborales para que en la paz o contemplación lleguemos al equilibrio racional y emocional. y debemos tener en cuenta que la ociosidad es revolucionaria, porque desde el silencio y la calma se puede repensar la existencia, para qué y porqué hacemos lo que hacemos, así cómo cuestionar la auto presión que nos imponemos