O la práctica cotidiana de la desvergüenza
La palabra es griega. Significa desvergüenza, pero también provocación o irreverencia. Quienes se han sumergido en el estudio de las corrientes filosóficas de la antigua Grecia aseguran que es uno de los tres componentes del cinismo, además de la vanidad y la indiferencia.
En estos días, estamos observando muchos ejemplos de anaideia. No nos extraña en absoluto que muchos políticos la empleen sin tasa ni medida, predicando de palabra una cosa para hacer exactamente lo contrario. Se avecinan días en que la desvergüenza va a ser la constante ya que deberá votarse en el Congreso el juicio político a la Fiscal General del Estado. Es un clásico que muchos de esos legisladores que se golpean el pecho proclamando su devoción a la democracia, estén en realidad poniendo en valor su voto. Más altisonante el discurso, más rápido corre el contador de billetes. Es una triste realidad que hemos naturalizado como si no pudiéramos aspirar a algo mejor.
Pero tal vez la más insólita expresión de anaideia sea esa asociación público privada constituida para blanquear el contrabando. Nada menos que el jefe de los recaudadores fiscales, el jefazo de la Secretaría de Tributación, se permitió asegurar, desde su alta magistratura, que al no existir el impuesto a la exportación, no hay delito de contrabando. Esto es desvergüenza en su máxima expresión. ¿Y la ley 2422 del Código Aduanero, que en su artículo 336 establece que “el contrabando constituye, además de una infracción aduanera, un delito de acción penal pública” el cual se configura al constatarse “el egreso de mercaderías por las fronteras nacionales, fuera de la zona primaria sin la documentación legal correspondiente”. La pregunta es: “¿Le interesó alguna vez al Gobierno, a la Dirección de Aduanas, a la SET o a la fiscalía de delitos económicos cómo llegan a Brasil millones de cigarrillos fabricados en el Paraguay sin que quede registrada su salida? ¿No era para eso que se aprobó todo un sistema de trazabilidad?
Además, en 2018 el Paraguay se comprometió a cumplir un protocolo internacional para eliminar el comercio ilícito del tabaco y que obliga al Estado a “potenciar la eficacia de las autoridades, incluidas aduana y policía, encargadas de prevenir, desalentar, detectar, investigar, perseguir y eliminar todas las formas de comercio ilícito del tabaco y sus derivados”.
Es un compromiso internacional. ¿Lo vamos a cumplir o es una muestra más de cinismo?
RESUMEN
En 2018, el Paraguay firmó el protocolo internacional para eliminar el comercio ilícito del tabaco. El mismo obliga al Estado a “potenciar la eficacia de las autoridades, incluidas aduana y policía, encargadas de prevenir, desalentar, detectar, investigar, perseguir y eliminar todas las formas de comercio ilícito del tabaco y sus derivados”. Es un compromiso internacional. ¿Lo vamos a cumplir o es una muestra más de cinismo político?
