Comentario 3×3
El nuevo canciller Euclides Acevedo, en el intento inútil de salvar la figura de Federico González, nombrado para ser director del lado paraguayo de la Itaipú, afirmó de que no habría que asumir de forma secundaria la condición de amigos vergonzantes.
Con esa calificación dada a Federico González en vez de ayudarlo terminó por hundirlo. Reconoce que es una persona quien uno se avergüenza de tenerlo, pero no por ello debe seguir siendo su amigo porque es su compañero de trabajo.
Euclides Acevedo, en realidad, bastante locuaz y retórico en muchas cosas, se pierde, se complica y se termina enredando en las cuestiones que tienen que ver con la corrupción y que ahora lo tendrá él como los principales negociadores en el tema de Itaipú, en donde se requerirá mucho más que locuacidad para hacer valer nuestros derechos, justos en la hidroeléctrica común.
Habría que ver también con qué elementos se va a tener que discutir en este terreno y, en ese sentido, Acevedo se sintió feliz que lo haya llamado el excanciller José Antoniio Moreno Ruffinelli, que es el mismo quien firmó el Tratado de Itaipú en el año 1973, o sea se le está pidiendo a alguien que fue parte de un tratado mal habido y malhadado que realmente nos terminó perjudicando por casi 50 años. Está más perdido el canciller de lo que realmente su estatura le permite.
