Tras la orden del presidente Trump de cambiar el nombre del golfo de México por el de América al menos en Estados Unidos, mexicanos y cubanos expresaron molestia, desafío, confusión y hasta diversión. El golfo es una gran porción de mar que se interna en la tierra entre dos cabos. En el mundo hay muchos de ellos cómo;
- Golfo de México: E,UU, México y Cuba
- Golfo de Alaska: EE.UU
- Golfo de San Lorenzo: Canadá
- Golfo de California: México
- Golfo de Tehuantepec: México
- Golfo de Maine: EE.UU y Canadá
- Golfo de Amundsen: Canadá
- Golfo de Boothia: Canada
- Golfo de la coronación Canadá
- Golfo de la reina Maud: Canadá
- Golfo de Campeche: México
- Golfo de Venezuela: Venezuela
- Golfo de Paria: Venezuela
- Golfo triste: Venezuela
- Golfo de Honduras: Belice Guatemala y Honduras
No se trata de cualquier nombre, personas o lugares, sino de espacios geográficos importantes. Por ejemplo, el Golfo de México tiene una extensión aproximada de 1 millón 550 mil kilómetros cuadrados (km²). Su profundidad promedio es de 1.615 metros. En el mismo lugar se realizan diversas actividades, como la extracción de petróleo y gas natural, el avistamiento de delfines, el snorkel y el kayak.
El más grande del mundo no está en América sino al noreste del océano Índico, en las costas de Sri Lanka, India, Indonesia, Bangladesh y Birmania. Son lugares ideales para la construcción de puertos y diques que sirven para exportar o importar productos que vengan o vayan por agua.
Todo un símbolo
El golfo de México se formó hace aproximadamente 300 millones de años como resultado de la tectónica de placas. La cuenca del golfo de México tiene una forma aproximadamente ovalada y es de casi 1.500 km de ancho. Se encuentra en el Noratlántico, entre los litorales de México, Estados Unidos y Cuba. Se llama Golfo de México porque ocupa más geografía mexicana, cuyo territorio bordea gran parte de las cálidas aguas del país latino.
Ahora el reciente pdte estadounidense Trump cambió el nombre de “Golfo de México” por “Golfo de América” como parte de su promesa de honrar la “grandeza estadounidense”. Grandeza que tiene distintas y muchas maneras de mostrar, honrar o exhibirla sin cambiar el título de un lugar con millones de años llamándose así, y no es la más adecuada, sino esto podría generar dilemas con sus vecinos o población mexicana en los EE.UU desde hace tiempo. Porque no se trata de deportaciones que también están en la agenda de Trump sino de transformar gigantemente algo natural, demográfica y políticamente ya reconocido.
Lo mismo sería que algún día nuestros grandes vecinos quieran cambiar el nombre de Paraguay por Paraguai u otras maneras más argentas de concebir, apodar y titular lo que quieran. Un elemento de irritación innecesario en la relación no solo con México sino con el mundo.
Licenciado en ciencias politicas (UNA), editor, comunicador, productor y editor de contenido creativo para medios de comunicacion o intereses particulares