Un delito o infracción es una acción u omisión voluntaria o imprudente que va en contra de la ley y que merece un castigo. Se trata de un comportamiento antijurídico y culpable de una persona. Existe una larga lista de delitos ya identificados y conocidos cómo; Delitos contra la persona: lesiones, homicidio, asesinato, etc. Delitos de violencia de género. Delitos económicos: estafa, falsedades, delitos societarios, blanqueo de capitales, insolvencia punible, falsificaciones, etc. Delitos contra el patrimonio: robo, hurto, daños, defraudaciones, etc.
Entre los delitos económicos comunes se encuentran el Hurto, Robo, Estafa, Apropiación indebida, Blanqueo de capitales, Delitos fiscales, Insolvencia punible, Usura, Malversación, Receptación e incluso la existencia de paraísos fiscales que es un país o territorio que ofrece a las empresas y personas extranjeras una carga tributaria muy baja o nula. También suelen brindar poca o ninguna información financiera a las autoridades fiscales extranjeras. Lo que significa que cualquier monto de cualquier tipo de origen ya sea legal o ilegal puede guardarse en estos lugares.
En el mundo existen varios lugares que son “paraísos fiscales”. Según el orden mundial, hay alrededor de 73 paraísos fiscales en el mundo. La Unión Europea (UE) tiene seis entre los miembros de su unión.
Muchas formas de evasión
Según el Observatorio Fiscal de la UE, un laboratorio de investigación independiente alojado en la Escuela de Economía de París, muestra que las corporaciones multinacionales evitaron pagar 200.000 millones de dólares (188.000 millones de euros) en impuestos en todo el mundo en 2020, el último año del que hay datos disponibles.
Tributos que pueden servir al país que quiera integrarse al juego económico mundial, siguiendo las reglas que están establecidas por las leyes que ordenan la existencia de los países que hacemos el mundo.
Los ingresos fiscales mundiales perdidos por la transferencia de beneficios ascendieron a unos 200.000 millones de dólares en 2020, un año en el que la pandemia de COVID-19 afectó enormemente a la actividad económica. En 2019, esta cifra fue de 250 mil millones de dólares. Hablamos de dinero que al ser bien administrados podrían volver paraísos reales a lugares que carecen de fiscalización real y efectiva. En Paraguay la evasión fiscal supera los dos mil millones de dólares en un presupuesto de 15 mil millones de la moneda norteamericana anual.
Para saber si el dinero que termina en estos lugares viene del comercio legal o tráfico de armas, narcóticos u otro delito identificado por la ley es una gran tarea que debe servir para penar bien las contravenciones y no terminar siendo “comprada” por los patrones del mal que podrían continuar con sus fechorías sin el control necesario.
La ley debe servir para hacer funcionar el Estado y en contra de los criminales que deben ser públicamente castigados para cortar y dejar de tolerar delitos que a la larga afecta al terraqueo. Lo que pasa muchas veces como los casos nuestros es que el Estado es el cómplice de los evasores y delincuentes.