Hace 83 años atrás se desarrolló uno de los acontecimientos más horrorosos para la humanidad que fue la destrucción de vidas e infraestructuras conocido cómo la Segunda Guerra Mundial. Un episodio atroz que se llevó vidas de millones de personas y grupos sociales en particular cómo fueron los judíos que registraron pérdidas de más de 5 millones de vidas. Una vivencia etiquetada cómo “el holocausto” o en sus sinónimos como un genocidio, matanza o exterminio.
Habiendo ya conocido este terrorífico capítulo en la humanidad pensamos que no volverían a experimentar grotescas actuaciones de otras personas, organizaciones que más por odio que otra razón lógica o racional actuaron o actúan contra ellos. Hoy día no se enfrentan a nazis delirantes sino personas de otro país que parece no tener suficiente con atacar a ucranianos destruyendo sus vidas e infraestructura que ahora de nuevo se ven amenazados por el cierre de de la Agencia Judía en Rusia que tiene cómo función el facilitar el desarrollo económico, la integración y la absorción de los inmigrantes. También brinda ayuda económica y cultural a movimientos judíos del mundo.
Alertas mundiales
No se niega el error de maniobra del primer mandatario ruso para con Ucrania y sus métodos poco “diplomáticos” para hacer llegar su mensaje de insatisfacción con la decisión ucraniana de formar parte de la OTAN, que se suma a un gesto nada aceptable a un grupo de personas que trabajaron y trabajan por la paz y desarrollo en cada latitud del mundo que se encuentran.
Es también desde la misma Rusia desde de donde esta noticia se hace global. Que acentúa de nuevo al pueblo judío que ha tenido que enviar a su primer ministro en funciones para evaluar la decisión del gobierno ruso que hace esto por la postura crítica del Estado judío ante la invasión de Rusia a Ucrania y a vez afecta el trabajo de los israelitas en suelo extranjero.
Un mensaje claro que podríamos ver una escalada del conflicto a nivel global con lo de Ucrania y la situación de los judíos en Rusia. Este colectivo humano siempre ha medido el nivel de conflictividad a nivel global por lo que habría que estar alerta.