¿Tardaremos 16 años en vacunar contra el COVID19? Según la Fundación Avina, que se ha autoasignado la misión de “producir cambios a gran escala para el desarrollo sostenible de la región”, el Paraguay tardará, al ritmo actual, 869 semanas o 16,7 años, en vacunar a toda la población contra el coronavirus. El contador desarrollado por la fundación, combinando datos de las universidades de Oxfod y Johns Hopkins, pone al Paraguay sólo por encima de Venezuela en capacidad de inmunización. Lindo vecindario el que nos ha tocado, un orate que quiere proteger a su país repartiendo “goticas” contra la pandemia que tienen el mismo efecto de un enjuague bucal. Nosotros, si bien algo más serios, tampoco logramos encajar una compra importante de vacunas y vamos por el mundo dando lástima y recibiendo dádivas, aunque también es cierto que la oferta de vacunas está muy limitada y acaparada por las economías más poderosas.
Gabriel Baracatt, director ejecutivo de Avina citado por el El País de Madrid, afirma que “nuestra región tiene el 8% de la población mundial y el 30% de los fallecidos por COVID-19. No puede imperar una lógica de mercado puro, de oferta y demanda, porque hay poblaciones enteras que no van a poder acceder a la vacuna”. Baracatt considera que frente a una crisis global debería haber también una solución global que esté más allá de la decena de laboratorios que se reparten un mercado cautivo de 7.000 millones de seres humanos.
Aún así, hay países cuyos gobiernos han logrado saltar esa valla al parecer insalvable y poner en marcha sistemas de vacunación eficaces. En 10 semanas más Chile terminará de tratar a toda su población objetivo -unos 14 millones de habitantes- con sueros de distintas procedencias, incluida la muy mentada Pfizer, algo así como el Rolls Royce de las vacunas. Uruguay va a lograrlo en 11 semanas, Brasil en 38 y Argentina en 50, es decir, para febrero del año próximo. Nosotros llegaremos a la meta, si el contador de Avina es preciso, en noviembre de 2.037. Creemos que hay una variable que Avina no ha tenido en cuenta -¿o sí?- y es que para julio o agosto próximos, los grandes usuarios de vacunas habrán inmunizado a su población meta, quedando libre una oferta de cientos de millones de dosis. Dependerá de la habilidad negociadora del Gobierno para estar primero en la fila del súper y comprar lo que haga falta.
¿Será?
