Los gasolineros han dicho que se pueden bajar los precios y han decidido disminuir los valores. Dicen que con eso están ayudando a que se descomprima también la presión contra el Gobierno de parte de unos camioneros cuyos dirigentes se encuentran detenidos por extorsión y chantaje, pidiendo dinero a cambio de que no cierren las rutas.
Sus allegados han afirmado que están en guerra contra el Gobierno y que cerraran las rutas hasta que no encuentren una solución a sus demandas.
Lo que sí ha quedado claro detrás de estos incidentes es que ninguna de estas personas en realidad están buscando el beneficio colectivo, sino el beneficio particular. Ya habíamos dicho que algunos dirigentes, incluso un par de ellos detenidos, estaban buscando un cargo político desde la presión y el cierre de rutas. Un gobierno muy debilitado tiene escaso margen de maniobra ante circunstancias como estas, aunque le duela profundamente al pueblo tener que pagar combustibles altos que tiene una directa deriva en la suba de los niveles de inflación en el país.
Lo concreto y cierto es que el Gobierno está en un berenjenal, cualquier situación que realicen para resolver tiene su costo y tiene que pagarlo, y en las condiciones actuales, la lucha contra los que los extorsionan y los chantajean puede llegar a tener algunos adherentes que en río revuelto siempre sacan ventajas. En concreto, lo que estamos viviendo es simplemente algo en donde fundamentalmente la falta de fortaleza y autoridad moral del Gobierno les saca campo de maniobra en beneficio colectivo.