Los niveles de inseguridad en el país son realmente desesperantes y, casi siempre, coinciden con temporadas previas a comicios. Para muchos, la política se ha sostenido en el dinero, y aquel que no tiene recursos no puede alcanzar ningún cargo determinado, y cuando llegan los comicios comienzan los asaltos.
Sería muy interesante una investigación sobre esto, cuántos de los ladrones de recursos están asociados a los ladrones políticos y es probable que nos encontremos con una sorpresa realmente notable.
Los niveles de inseguridad se llevan las vidas de las personas por cosas que realmente son sorprendentes como un teléfono celular o una pequeña cantidad de recursos. Hay muchos chicos de las zonas marginales, sin empleo, que comienzan también a salir a rebuscarse, al “como sea”, y cargados de drogas muchos de ellos acometen contra personas sin temor al riesgo que suponga su acción temeraria y criminal.
Hay que mirar la situación de la violencia en un sentido mucho más amplio… nos estamos concentrando en la cuestión administrativa, judicial, policial, y no estamos observando los factores sociales; aquellos que llevan a disparar los niveles de criminalidad que estamos sintiendo en este momento.
Además, algunas fórmulas, como la de los Linces, han demostrado ser eficaces sólo por un tiempo. No tenemos la constancia de que esto – en términos operativos- se lleve adelante de forma permanente.
Estas son algunas de las aristas del porqué tenemos una percepción y una realidad de inseguridad que nos golpea a todos cada día de estos últimos meses preelectorales.
