Los US$ 100 millones del subsidio al combustible que aprobó parcialmente el Congreso del Senado y, lo que parece va a ser la constante, nos lleva a una situación de irresponsabilidad altísima en términos de la administración de los escasos recursos públicos que cada año son robados en aproximadamente US$ 2.000 millones.
Lo que tendríamos que encontrar es un ente regulador que se encarguen de las compras, como ocurría con anterioridad a la ley que sacó Cartes para favorecer a los emblemas; y que los objetos entiendan con los camioneros, que hagan los acuerdos respectivos para ver cuando sube el combustible cuánto sube el servicio. No es derecibo que los sojeros digan a los camioneros “vayan y cierren rutas, impidan el libre tránsito de las personas, violen la constitución, porque es la única manera que tenemos de seguir contratándolos”.
Los sojeros necesitan a los camioneros y esto a los otros; así que arreglen entre ellos y no nos amenaces de nuevo con corta rutas simplemente porque los márgenes del negocio se les achican.
Además, cuando ocurren circunstancias como las actuales de un 10% de inflación que va subiendo, todos estamos siendo sacrificados en un margen importante mientras nuestro dinero vale menos.
No es derecibo que el mismo pueblo que hace grandes sacrificios cotidianos tenga que bancarse la manera irresponsable con que actúan sojeros y camioneros al mismo tiempo.
Los políticos irresponsables dicen que es la única manera para evitar un levantamiento popular que acabe con ellos, pero el costo de su incompetencia, y no saber cortar de raíz el problema público que nos haría ahorrar más de US$ 2.000 millones y se dejará de robar autos eso es lo que realmente tienen que hacer si no pretenden que el pueblo se levante contra ellos.