La entrada de un avión iraní con tripulación venezolana e iraní ha levantado toda la sospecha a nivel regional. El mismo ingresó al territorio paraguayo, cargó cigarrillos de Tabesa y se marchó.
La misma tripulación se encuentra ahora bajo investigación en la Argentina, donde repostó en los últimos días, y donde las autoridades de ese país han puesto todas las alertas en torno al avión y, especialmente, qué es lo que moviliza como carga y quiénes son los tripulantes.
Hay serias sospechas de que muchos de ellos estarían relacionados con la Guardia de Seguridad de la República Islámica Iraní, encargada de operaciones de sabotaje a nivel mundial. Esto no le gusta mucho a los argentinos, y con mucha razón, ya que detrás del atentado a la AMIA se encuentra la misma conexión iraní que se había detectado, incluso, desde Ciudad del Este hasta Buenos Aires.
Ahora, los nuestros tienen que explicar cómo el avión -con la misma tripulación sospechosa- ingresó a territorio paraguayo, operó sin ningún inconveniente y se marchó. La carga que llevaban costaba US$ 770 mil en tabaco de Cartes, pero sin embargo, el costo sólo de combustible desde Aruba hasta Ciudad del Este vale la mitad.
Como decimos en guaraní Ijapyteso´o ko asunto Koa, eso significa que hay cosas mucho más graves y complicadas detrás de esta operación.
Todos los actores tendrían que ser individualizados e investigados a nivel local; no puede ser que sigamos siendo un país de tránsito de todo este tipo de acciones y después nos quejemos de la mala fama que tenemos.