Los políticos paraguayos son especialistas en la mentira, la doblez, la incoherencia… pueden pasar del agravio más insultante, más denigrante, más bajo, más ruin, más zafio a elogios sin medida, a tener que hablar de esa misma persona a la que se rebajó a los niveles más que escatológicos y convertirlos en referentes y constructores de un nuevo destino.
Eso pasa con el lanzamiento de Cartes a la Presidencia de la Junta de Gobierno de manos de dos de sus más acérrimos críticos de los últimos años, Galaverna y Ovelar. Ambos dicen ahora que no hay otra opción más que el ex presidente que intentó la reelección vía violación constitucional que sea el que designe el destino de esta centenaria agrupación política.
Los políticos criollos paraguayos no tienen ningún empacho en decir que esa es la política, que así se hacen las cosas entre nosotros, que no hay ningún problema en pasar del insulto más grave hasta el elogio sin límites.
La actitud de nuestros políticos, que está enderezada hacia los sólo antivalores, son los que deberían ser -definitivamente- puestos a un lado y comenzar a valorar todo lo opuesto que realmente vuelve más previsible, cierta y honesta la política paraguaya.