Las relaciones humanas, son los vínculos en que las personas interactúan, ya sean, en forma espontánea o permanente.
Es absolutamente necesario, para definir nuestro propio bienestar, tener una independencia emocional, en un entorno, donde nos desenvolvemos con fuerzas positivas y negativas, las que son negativas: contaminan el ambiente en que vivimos, un sitio donde huele mal, con personas que no nos ayudan a elevarnos, a obtener nuestra mejor versión, la cercanía de aquellas personas como: la pareja, miembros de la familia, los compañeros de trabajo, las amistades, que cuando entramos a esa habitación, huele tan feo que siente el clima pesado, y desagradable, que con cada palabra que expresan, generan un ambiente tóxico y destructible, tanto que dejamos absorber hasta intoxicarnos, cuando podemos tomar sabias decisiones.
El manejo de las interrelaciones, nos pueden dar grandes satisfacciones o grandes decepciones por las que generan mucho sufrimiento. Es un buen momento para plantearnos: ¿A qué olor huele mi entorno?, ¿Qué tipo de aroma me gustaría oler en el ambiente en el que frecuento? Una expresión metafórica, a modo de reflexión, en la búsqueda de mejorar las relaciones con los demás, de aprender a poner distancia, a decir “No”, a no permitir que ciertas personas invadan mi espacio, manipulen mis decisiones, desvíen mis metas u objetivos, que hagan caer mis anhelos. A veces, es más que necesario “marcar territorio”, limitar a personas, cuando ellas abusan y se sobrepasan con chantajes y manipulaciones.
En tal sentido, una herramienta fundamental es ” la comunicación”, expresar lo que me desagrada, lo que me molesta, en el caso, de qué la otra persona continua contaminando el ambiente, salir a tiempo y alejarme inmediatamente, no esperar a que afecte mi salud mental y física. Una actitud de capacidad crucial y determinante de disolver nexos que no aportan a mi bienestar, y salir a tiempo de ese ambiente que huele a “asco”, a un clima intenso.
Reconocer y aceptar la idea de alejarme de personas con comportamientos tóxicos, sin sentirme responsable, ni sentirme atado/a a esas relaciones dañinas y perjudiciales que solo estancan, que no perfuman mi entorno, y no me permiten alcanzar la plenitud que tanto deseo para mi vida.