Los niveles de inseguridad en el Paraguay siguen siendo bastante altos y cada vez hay una sensación mucho mayor de que el crimen organizado se ha instalado en nuestras ciudades.
Lo que anteriormente parecía ser solo un problema de fronteras, sin embargo, hoy lo estamos viviendo en diferentes puntos de nuestra República con una respuesta bastante pobre por parte del Ministerio del Interior, cuyo titular, Giuzzio, parece no ser el más indicado para lidiar con una Policía Nacional sobre la que existen serios indicios de corrupción.
El crimen acontecido en Pedro Juan Caballero todavía es mucho más amplio en el sentido de involucrar incluso a los militares que proveyeron las armas que costaron las vidas de cuatro personas, lo que demuestra que su capacidad de permeabilizar todos los aspectos de la vida pública nacional son mucho mayores que los que presumimos inicialmente.