Fondos jubilatorios con rumbo incierto
Cada vez que un torpedo impacta en el Instituto de Previsión Social, el remezón alcanza todo el sistema de cajas fiscales que, como quedó expuesto en nuestra edición de ayer, presentan unos estados contables lindantes con la catástrofe, salvo excepciones. Y una vez más, como lo venimos sosteniendo desde la aparición de 5Dias, se hace evidente la creación por ley de la superintendencia de fondos jubilatorios y mutuales.
“Uno de los rasgos destacados es que, desde la década de los ’90, muchas de las cajas que forman parte del sistema de pensiones han venido experimentando sensibles pérdidas en parte importante de sus inversiones, con el consecuente efecto en la sostenibilidad de los regímenes, siendo una materia pendiente la efectiva regulación y supervisión de todo el sistema por parte del Estado”. Esto lo dejó escrito el Ministerio de Hacienda en 2015 en su proyecto de ley dirigido a crear la superintendencia de fondos de pensiones y jubilaciones, el cual establecía además normas de inversión y gobernanza de dichos fondos. En tres sesiones, el Senado liquidó este proyecto, obligando a Hacienda a retirarlo.
Entonces el ministerio volvió al ataque en 2017 con un nuevo proyecto que ampliaba el espectro creando un sistema nacional de jubilaciones y pensiones, superintendencia incluida, además de las normas de inversión, etc. El proyectista buscó darle dramatismo al tema alegando que “una de las necesidades más urgentes que enfrenta el país es el resguardo y control de los fondos jubilatorios”. Esta vez, las pompas fúnebres estuvieron a cargo de los diputados, que en dos periodos y 34 sesiones le dieron al ambicioso proyecto de 84 artículos un coqueto certificado de defunción. Y ahí vamos, con un sistema que hace agua por todos lados y que, en el caso de los fondos jubilatorios del IPS, son como el premio mayor para la nube de buitres que se cierne sobre ellos desde que la pandemia obligó al Gobierno echarles mano.
Paraguay es uno de los pocos países que carece de una superintendencia de fondos jubilatorios. El Salvador lo tiene, Colombia la llama Superintendencia de la Economía Solidaria y hasta Nigeria creó la Comisión Nacional de Pensiones cuya misión es “regular y supervisar eficazmente el sector nigeriano de las pensiones a fin de garantizar que las prestaciones se paguen en el momento oportuno”.
¿No es para llorar?