América Latina sigue convulsionada por hechos políticos que afectan su gobernabilidad. Los hechos de corrupción afectan severamente a la democracia regional. Pedro Castillo fue alejado del poder en un inestable Perú y Cristina Fernández fue condenada a 6 años de prisión e inhabilitación para ocupar cargos públicos. A la actual vice presidente y anterior primera mandataria le llegó su San Martín.
Su caso cobra un importante eco por lo ocurrido recientemente a esta mujer que por un tiempo fue presidente de su país, que hasta ahora sigue padeciendo los efectos de gobiernos que no logran llevar a buen puerto la administración del estado. La justicia argentina tuvo su fallo después de un largo periodo de investigación. Esta mujer ha desviado contratos de obras públicas a un amigo de la familia que la terminó llevando a prisión por 6 años y estar inhabilitada de ejercer cargos públicos.
Cristina Fernández fue presidente de Argentina desde el 10 de diciembre de 2007 – 9 de diciembre de 2015. Hace poco su nombre tuvo mucho eco en su país hasta el mundo por haber sido víctima de un atentado contra su vida porque un hombre la apuntó con una pistola más no apretó el gatillo alguno afirma que fue solo una amenaza quizá del grupo de personas que está contra ella o una puesta en escena para hacerla parecer víctima. Su caso jurídico estuvo salpicado de hechos políticos que la vicepresidenta en una alocución posterior al fallo afirmó como todo corrupto que su caso era de “persecución política”.
Hora de cambiar
La llamada Cámpora que es un grupo que la defiende y desea que vuelva al poder con su bandera que se encuentra ya manchada de corrupción la apoyó aunque la mandataria afirmó que no se presentará para ningún cargo en los comicios del 2024.
Argentina necesita desde hace tiempo serios y responsables administradores que lleven las riendas de su gobierno para el bien del ciudadano argentino y de millones de paraguayos, ya que este vecino país registra un importante número de compatriotas viviendo allí desde hace un buen tiempo y que sigue enviando remesas para su familia o personas que dependan de ellos.
El veredicto fue un golpe importante para Cristina Fernández, la actual vicepresidenta y una figura profundamente divisiva de un país sumido en una alta inflación, pobreza y el fracaso de las políticas económicas.
Veremos si este acto de justicia llega a corregir los rumbos en el vecino país o acaba en una simple cuestión anecdótica.