El 9 de julio de 1996 se realizó el primer trasplante cardiaco del país, en el Centro Médico Bautista, motivo por el cual el Poder Legislativo aprobó la Ley N° 5.603/16, y estableció esta fecha para fomentar y promover la importancia de la donación y el trasplante de órganos y tejidos en el país.
En esta fecha, se destaca a cada personal de salud involucrado en el proceso quirúrgico del trasplante de órganos y tejidos, así como, la generosidad y el altruismo de cada una de las personas que, al volverse donantes de órganos, transforman la esperanza en una posibilidad de mejorar la expectativa de vida e, incluso, hacer la diferencia entre la vida y la muerte de uno o más pacientes en lista de espera.
Realizar un trasplante es sustituir un órgano o tejido enfermo por otro que funcione adecuadamente. Hoy en día, constituye una técnica médica muy desarrollada, que logra magníficos resultados para las personas receptoras. No obstante, necesita obligatoriamente de la existencia de donantes. Sin la solidaridad de los y las donantes, no hay trasplantes.
La donación y el trasplante se encuentran regulados por la Ley N° 1.246/98 y la reciente Ley Anita N° 6170/2018, que modifica varios artículos de la ley anterior, y garantiza entre otros, dos aspectos fundamentales:
– Altruismo de la donación: nadie puede donar ni recibir un trasplante con otras intenciones o medios que no sea la solidaridad altruista.
– Equidad en el acceso al trasplante: todos tenemos el mismo derecho y las mismas posibilidades de recibir un trasplante, independientemente de nuestro lugar de residencia o de cualquier otra coyuntura personal.
Donación y trasplante de órganos en tiempo de pandemia
Durante la pandemia por COVID-19, se sostiene la donación y el trasplante de órganos y tejidos, bajo estricto protocolo, para brindar seguridad a los pacientes en lista de espera a un órgano o tejido y al equipo de profesionales implicados en esta labor.
En lo que va del 2021, se realizaron los siguientes trasplantes: 25 de córneas, cinco renales, ocho de médula ósea y un trasplante cardiaco, totalizando 39, de los cuales, el Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT) participó de 16 ablaciones o extracciones de órganos.
¿Quién tiene acceso a un trasplante?
Personas enfermas que sufren un daño irreversible en uno de sus órganos (hígado, corazón, pulmón, intestino, páncreas, riñón) y no pueden curarse con otro tipo de tratamiento médico. El trasplante es la única solución para evitar su muerte o para llevar una mejor calidad de vida. Cada persona incluida en lista de espera es valorada de forma individual por el equipo de trasplante de su hospital de referencia, quienes, mejor que nadie, puedan resolver las dudas sobre las opciones terapéuticas.
Los órganos que se pueden donar incluyen corazón, pulmones, hígado, riñones, páncreas, intestino. Así también tejidos, como córneas, piel, huesos y médula ósea, vasos sanguíneos, válvulas cardiacas, cartílagos, tendones y nervios.