Ron, cola, limón, hielo y listo, el coctel está hecho. ¿Quién no lo sabe? es casi intuitivo. Pero ¿Cuáles son los ingredientes que se necesitan para que la Isla de verdad tenga libertad?
“Mentirita” así le dicen los cubanos a este trago, una mentira cargada de resignación y dolor…aunque si lo vemos desde el optimismo “Cuba Libre” es un deseo, una promesa, una tarea pendiente.
Ayer, 11 de julio se cumplió el primer aniversario de la gran manifestación para liberar a la Isla. Posiblemente sea este el principal ingrediente hacia el camino de la libertad: La participación. Una participación que en Cuba resultó en más de 1500 detenidos y cerca de 300 personas sentenciadas a prisión, entre ellas varias menores de edad. Cárcel por expresar la naturaleza misma del ser humano: Ser libre.
“Ser libre no se compra ni es dadiva o favor” dice una maravillosa poesía de Horacio Ferrer, y “Si el precio de la libertad es la eterna vigilancia” como decía Jefferson, ¿Cuál es el precio de (re)conquistarla?
Acabar con la dictadura en Cuba no es solo un problema de los cubanos, es una causa para quienes defendemos la libertad y los Derechos Humanos, especialmente para los latinos, porque el dolor de este pueblo llega a cada uno de nuestros países en historias de migrantes, de hombres y mujeres que crecieron sin conocer la libertad pero que no temieron empezar de cero, lejos de su país, para alcanzarla, buscando algo básico que la dictadura no les permite: Emprender. Historias que también llegan a nosotros como las “mentiritas” de que en Cuba la salud y la educación son de calidad ¡nada más lejos de la verdad!
Ayer, en varios países del mundo, los cubanos en el exterior se manifestaron recordando el histórico 11J del 2021, también lo hicieron en Paraguay, algunos paraguayos pudimos acompañarlos. Y es este el ingrediente que nos toca aportar, nuestra cuota de responsabilidad: Alzar la voz de la comunidad internacional. Una tarea que no debe quedar solo en manos de mandatarios y actores políticos, nosotros, como ciudadanos, más que nunca debemos defender la democracia y decir que, claramente, un gobierno que cercena derechos y amordaza a su pueblo nunca puede ser un modelo para seguir.
Semanas atrás, cuando presentábamos el libro “Memoria y Cultura por la democracia en Cuba” de Micaela Hierro Dori un cubano residente en Paraguay me indicó “Cuando prepares Cuba Libre, usa ron paraguayo, sabe rico y así evitas ayudar a la dictadura castrista”. Excelente metáfora para graficar que desde el corazón de América del Sur a 6000 kilómetros de la Isla podemos aportar nuestro ingrediente para que “Cuba Libre” sea pronto una realidad.
