El colonialismo europeo tuvo dos etapas principales: una primera en el siglo XVI llevada a cabo por los imperios español y portugués y una segunda oleada que se produjo fundamentalmente en el último tercio del siglo XIX y primera mitad del siglo XX,
Por lo menos es lo que sabemos y conocemos del uso y la puesta en práctica de esta palabra. Ahora en las redes corre una noticia de un nuevo tipo de hacer colonias por y para gente de tierras que no son de ellas cómo fue el caso de españoles en varios países latinoamericanos, ingleses en en África, Asia u otras coordenadas del mundo.
Ahora ya se habla de criptocolonias, que por el prefijo de la palabra colonia podemos concluir que está ligado con la transición que está haciendo el tráfico y realidad de la moneda que conocíamos cómo la útil: el billete y monedas, que ahora son criptomonedas.
Ahora los isleños hondureños luchan contra los criptocoloniales, que consiste en proyectos de habitar, hacerse de propiedades, y se inicia por un grupo de emprendedores dedicados a la creación de criptomonedas se mudó a Puerto Rico para construir una «criptoutopía», inicialmente llamada Puertopía pero luego denominada Sol.
Allí estos criptoexpatriados esperan, además de pagar pocos impuestos, demostrar cómo serán las ciudades del futuro basadas en el blockchain, la plataforma tecnológica que soporta al bitcoin.
Esto ya se encuentra aterrizando en varios países del mundo sin embargo esperamos que no se repitan errores del pasado, de los que se destacan el incendio de asentamientos nativos, la tortura de inocentes, la matanza de niños, la esclavitud de poblaciones enteras, la explotación de la tierra y los recursos naturales disponibles para ellos, así como la discriminación por razones de cómo luzcan las personas, religiones o maneras de pensar o hacer las cosas.
Lo feo de esto está en que mientras los criptomillonarios disfrutarán de su patio de juegos en el Caribe, los habitantes más pobres de la isla, con poco conocimiento de esta tecnología, estarán excluidos. Que ya es una manera de discriminar a otros seres humanos.
Nuevas opresiones
Que vivían o lo intentaban hacer hasta ser víctimas de desastres naturales cómo los últimos huracanes que en breve tiempo son capaces de destruir barrios, ciudades y hasta países que estén habitados por sea quien sea y tenga lo que tenga, una vez que el deseo e idea de independencia es una verdad en la mente de los habitantes de territorios colonizados, resulta difícil controlar ese deseo de libertad que busca el ser vivo
Así como fueron las luchas y caídas de dictaduras que también tienen su fin cómo fueron las colonias e historias de dependencia del ayer, ahora con todo esto se plantea una nueva manera de habitar islas o espacios geográficos donde no tengan que pagar impuestos y puedan así ahorrar en medio de su inmensa cantidad de dinero que podría servir para con la contribución hecha poder desarrollar y establecer una mejor calidad de vida para todos los habitantes. Que desean continuar en libertad, independencia sin tener que volver al colonialismo.
Ese es el fin de las tasas que pagamos los habitantes de cualquier país para tener una vida cómoda, feliz y segura con todo lo que eso ayude a construir y sostener para así dejar de depender de otros países o criptocolinizadores que se encuentran navegando la red en búsqueda que países ofrecen las condiciones que los ayuden a poder establecerse.
Nuevas amenazas surgen en el horizonte de los países que se dicen independientes pero que se ven compelidos a rechazar nuevas formas que ponen en riesgo su soberanía.