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Delincuencia de alto vuelo

Los cielos paraguayos están abiertos a cualquier tipo de delincuencia. Dicen que vuelan treinta aviones por día trayendo cocaína u otras drogas sobre el territorio nacional.

Hubo un debate en torno a si había que echar o no los aviones, y ahí se interpusieron varios intereses, pero lo más importante es que no tenía sustentabilidad fáctica; Paraguay no tiene radares que funcionen apropiadamente y tampoco cuenta con una fuerza aérea capaz de responder a un llamado para interceptar un avión cargado de drogas y -si la ley lo permitiera- derribarlo.

Todas estas cosas tienen que ver con una porosidad del país ante la criminalidad que, pareciera, fuera diseñada de exprofeso, que el interés fuera que nadie tuviera el control de los cielos y se operará como en tierra, con tremenda facilidad.

La Armada Nacional ha comenzado ahora a destruir puertos clandestinos en la zona del Lago de Itaipú por donde durante muchos años pasaron grandes volúmenes de mercaderías -entre ellas el cigarrillo- con destino al Brasil.

Esta voluntad esperemos que no sea simplemente una cuestión electoralista, que se mantenga y se sostenga en una acción que realmente haga que tengamos que ir a un estado de derecho de cumplimiento de normas, y no de asociaciones ilícitas de instituciones públicas con el crimen.

Benjamín Fernández Bogado
Benjamín Fernández Bogadohttps://benjaminfernandezbogado.wordpress.com/
Doctor en derecho, periodista y profesor universitario. Ha realizado estudios de post grado en las Universidades de Navarra (España), Oxford (UK) Minnesota, Syracuse y Harvard de los EEUU. De esta última ha sido Visiting Scholar en el 2008.

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