Ayer fue el día del padre en un país con alto nivel de paternidad irresponsable. Más del 51% de los hijos carecen de ellos en este país con fuerte matriarcado. Pero la palabra papá es sencilla de introducir en la cabeza, procesarla y reproducirla desde el principio de nuestras vidas así cómo el otro título honorífico, mamá. Las primeras palabras que esperan los progenitores escuchar de su hija/o y una vez reproducida, empieza la satisfacción de haber traído una vida más a este mundo.
Sin embargo cada tercer domingo de junio nos da una oportunidad para ver su trascendencia e importancia en todo lo que él hace y cómo lo hace para seguir conectados a nosotros. Por esto y mucho más que durante el camino de su vida y la nuestra nos sigue enseñando hacemos un tiempo para brindar por papá . Su formación, su paso por la mejor universidad del mundo, la experiencia. Tuve dos abuelos, que de sobra fueron increíbles padres de primera y segunda generación de hijos con sus desafíos y dificultades.
Tomamos los riesgos de la vida volviéndonos valientes y con coraje para tomar sin miedo los desafíos de la vida, por eso el padre se convierte en nuestro superman ante los peligros que desde niños vivimos. Aunque los padres no tengan el mismo sistema de comunicar amor cómo mamá él se vuelve con los años se vuelve diferente a lo conocido en la adolescencia y juventud, cuando con tono de voz grave, mirada fría y palabras punzantes nos corregía a una de admiración con los años.
Urgencia de paternidad
Así también nos enseñaba los límites que existen en este viaje de vivir y cómo debemos respetarlos para evitar problemas que es seguro experimentar algún día. Papá está para ayudarnos y protegernos sin usar esa actitud para aprovecharnos de su gentileza para abusar de sus regalos. El ser hijo implica un constante viaje de aprendizaje cómo el discípulo del maestro o papá, quién sabrá más por haberse jugado hasta la vida en ocasiones por objetivos nobles cómo el mío y su deseo de conocer y vivir la libertad en épocas de la nefasta dictadura.
El padre es una figura que debe ser reivindicada en términos sociales. Nos hacen falta padres que nos enseñen coraje a buscar nuestros sueños en medio de limitaciones y angustias. No puedo imaginar lo que sería existir cómo padre con mi sobrina y su padre, cómo en dicha nueva relación se desarrolla una nueva cátedra en la universidad del vivir, donde cómo en la escuela uno se equivoca no intencionalmente, y luego se pone recto en su pupitre respira hondo y sigue sus anotaciones.
A todos los padres responsables que sigan haciendo crecer una sociedad valiente, rigurosa y con valores porque los necesitamos con urgencia no solo en las familias rotas sino en un país resquebrajado cómo consecuencia.