Ahora vuelven las clases presenciales, que es una manera de intentar salvar dos años perdidos de educación en nuestro país; y algunos encontraban que el modelo era mucho más rentable hacerlo de esa manera y mucho más cómodo, especialmente a nuestros más de noventa mil maestros.
Ahora hay que hacer patria y hacer a nuestras escuelas derruidas que no fueron, durante todo el tiempo de pandemia, reparadas, reconstruidas o vueltas a construir, como debieran haber sido.
Perdimos en todos los frentes: en el campo del conocimiento, en el campo de la adecuación física de nuestras escuelas y en la motivación general que debiéramos tener en torno a la educación.
Pareciera que los paraguayos nos estamos acostumbrando a ser relegados a los últimos lugares, como lo confirma un ranking de universidades públicas a nivel global que coloca a la UNA en los últimos lugares.
Hay que trabajar para esto, no es cuestión simplemente decir que la educación anda mal, hay que buscar por todos los medios que ande bien mejor y pronto.