La Cumbre de las América se inició en Los Ángeles, y uno sus temas centrales es la resiliencia, la capacidad de poder aguantar lo que ha supuesto una grave dificultad durante los tiempos de pandemia, cuyas consecuencias estamos viviendo en la actualidad en forma de desempleo, falta de conocimientos y capacidades adquiridas en las escuelas, pero sobre todo esa sensación de angustia y de no poder sobreponernos a sus graves consecuencias en términos de desarrollo.
La pobreza aumentó, y sin embargo no vemos que hay un compromiso orientado hacia reducir su impacto entre nosotros, que tiene también sus ramificaciones en un incremento en la violencia y también -porque no- en el subdesarrollo consiguiente que esto trae consigo.
No es sólo cuestión de decir que es aquello como la resiliencia en lo que hay que apostar, sino cómo lograr que en condiciones como éstas de normalidad, podamos recuperar lo mucho que hemos perdido durante el tiempo de pandemia.