En este último cargo, algunos que están buscando esa nominación, dicen que se puede hablar a partir de US$ 15 millones lo que tendría que gastarse en unos comicios, porque solamente en el día de las elecciones se debe tener disponibles US$ 5 millones para cubrir todas las mesas con observadores que impidan que un sector determinado se lleve los votos del otro.
Una fórmula para salir de esto sería que todos los paraguayos estuviéramos inscriptos en el padrón y dispuestos a ser sujetos sorteados antes de unos comicios, que no hayan representación en función de los partidos, sino que que cada persona que se encuentra sentada en una mesa electoral sea, simplemente, el resultado de unos comicios que se llevaron al interior del padrón electoral en cada municipio, en cada lugar en donde se sufragan.
Con esto estaríamos evitando gastar US$5 millones, como dice Euclides Acevedo, y podríamos concentrar la tarea de buscar la adhesión y el voto sobre la base de las convicciones, las ideas, las banderas y la coherencia del candidato.
De lo contrario, esto es un gran mercadeo, un trapicheo de votos en donde sólo pueden participar aquellos que tienen dinero, los que no, pueden tener muy buenos propósitos, pero si no tienen a nadie que cuide a las mesas terminarán robándose los votos.