El precio que se paga por carteras que pasan de mano en mano
El Ministerio de Educación y Ciencias es un ejemplo palpable del efecto que produce el manoseo de una cartera que pasa de mano en mano de ministros que hacen escala técnica en sus oficinas rumbo a algún otro cargo de campanillas.
En el curso de 18 meses, entre febrero de 2020 y agosto de 2021, se produjo una sucesión de anuncios dentro de la pomposamente llamada “transformación educativa”. Primero se informó de la compra de notebooks para 7.000 escuelas y enlace de fibra óptica con internet rápido todo el año. Se aseguró la entrega de 12.000 equipos en medio de discursos de inflamada vocación patriótica. Un mes después se anunciaba otra entrega, esta vez de 590 aparatos. Pero los gremios de la educación se encargaron de licuar la euforia aclarando que apenas el 20% de las escuelas dispone de conexión a fibra óptica, con velocidad que no supera los 2 mbps. cuando un hogar estándar tiene conexión de no menos de 50.
Sin embargo, propósitos y anuncios exitistas no faltaron nunca. El ex ministro de Educación Juan Manuel Brunetti -también exministro del MITIC- aseguró en mayo de 2021 que el 87% de los establecimientos educativos estaría conectado a internet por fibra óptica al final del ciclo escolar de ese año.
Perspectiva aleantadora.
Sin embargo, poco después se supo que el MITIC disponía en caja en 2021 de Gs. 400.000 millones para ejecutar el plan de fibra óptica escolar. ¿Qué pasó en el camino? Una de dos: o los ministros trashumantes, tanto del MEC como del MITIC, no saben lo que dicen o bien ese dinero tomó otro destino y no el que se le asignó en el PGN 2021.
Mientras tanto, la realidad que golpea es la de siempre. Escuelas sin internet, sin computadoras, sin fibra óptica. Maestros que no se cansan de decir que todo se va en anuncios de tono político mientras en el día a día, los padres tienen que costear por su cuenta una conexión más rápida mientras los propios docentes compran paquetes vía celular para completar ciertas tareas. De este Gobierno no se puede esperar que enderece este caos de carteras que van y vienen de mano en mano. Es de esperar que el que asuma en 2023 ponga fin a la improvisación y reencauce el gabinte con profesionales en serio que gestionen firme y sin cortes hasta 2028.
Necesitamos ministros con arraigo, no nómades. No se puede esperar resultados distintos si siempre hacemos lo mismo.