El caso de la afasia de Bruce Wiilis nos lleva a pensar y sacar conclusiones con respecto a la fama, la salud y la relación con las personas. Muchas veces tenemos la oportunidad de ver en el trabajo o en la calle a alguien que luce o se relaciona diferente a la mayoría, ese hecho de parecer distinto implica experimentar diversas formas de tener respuestas de la gente que pueden ser buenas como de solidaridad o malas que significa ser sujeto de humillaciones y accidentes por el vivir todavía en un país que carece de medidas de seguridad para la movilidad y jornadas rutinarias sin problemas.
No es lo mismo en otros lugares cómo los EEUU donde se encuentra una figura del mundo cinematográfico que ahora después de sobrevivir explosivos, persecuciones y muchos otros desafíos que pasa un personaje de filmes de acción ahora le toca sobrevivir a la vida sin la capacidad de hablar bien o con afasia Se trata del actor Bruce Willis quien es el protagonista principal no de una nueva película de acción sin es en la vida real.
Falsa normalidad
Fue diagnosticado con afasia cuyas consecuencias entre otras puede ser cómo en su caso el trastorno del lenguaje que se caracteriza por la incapacidad o la dificultad de comunicarse mediante el habla, la escritura o la mímica y se debe a lesiones cerebrales. Esta realidad lo obligó a retirarse de los sets de filmación a los que estaba acostumbrado para actuar utilizando su boca para hablar su guion y hacerse entender en un rodaje.
Hasta su recuperación le toca trabajar duro en su manera de hablar, lo que llevará tiempo, paciencia y apoyo de sus entornos, uno que sirve para que un mundo de personas discapacitadas puedan volver a la vida normal donde existen muchas con capacidad corta para existir bien en entornos donde existan personas que no hablen, vean o escuchen bien o no se muevan con agilidad suficiente para cubrir bien las exigencias normales.
Debemos aprender cómo sociedad que la vida y el tiempo continua en distintas ocasiones, lugares, condiciones y personas y todos los humanos merecemos respeto, inclusión y motivación para transformar nuestra incapacidad de ser buenas personas por la capacidad de entender y apoyar las condiciones diferentes de otras personas que sean o no personajes “duros de matar” como fue Willis para que finalmente puedan tener una vida normal en un planeta excedido en falsa normalidad.
