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Seguro agrícola

Demasiados proyectos, pura cháchara parlamentaria

Sobre pocas materias los honorables han intentado legislar tanto como sobre el asunto del seguro agrícola, que los campesinos movilizados metieron como reivindicación para hacer bulto junto al objetivo real de su movilización, la derogación de la ley que penaliza con hasta 10 años de cárcel la invasión de propiedades privadas. Veamos cuántos son y de qué se trata.

En 2006 el senador vitalicio J.C.Wasmosy quiso instaurar por ley la obligatoriedad de un seguro agrícola y de vida a fin de disminuir la tasa de riesgo de los créditos otorgados a pequeños agricultores. El proyecto entró a ese limbo parlamentario denominado “en trámite”. Ese mismo año, dos diputados idearon el denominado seguro agrícola integrado. Hoy duerme en los archivos de la cámara.

En 2017 aterrizó otra idea en esa dirección, el seguro agrícola básico redactado por cinco senadores y que apuntaba a proteger y garantizar la continuidad de la actividad de los productores agrícolas. Después de rodar cuatro años en su cámara de origen, fue archivado. Lo mismo ocurrió al año siguiente con otra incoativa similar que proponía un seguro universal que contenía vaguedades tales como que la agricultura familiar campesina utiliza semillas nativas y criollas manteniendo la diversidad productiva con técnicas apropiadas al sistema campesino de producción. Un verdadero retorno al medioevo. En 2019 otros tres senadores volvieron a la carga con el tema. Esta vez batieron el parche de la soberanía alimentaria para producir alimentos nutritivos y culturalmente aceptables, etc. Al final, sus propios autores terminaron por aburrirse y retirar su engendro.

Sólo queda en escena el proyecto para instalar un seguro agrícola básico dirigido a minimizar los riesgos climáticos y de otra naturaleza. Se propone la creación de la Unidad de Desarrollo del Seguro Agrícola (UDSA) sostenida por el Fondo Compensatorio para el Seguro Agrícola (FOCSA), fondo que recibirá, además de dinero del Presupuesto General, (sic) el total de las retenciones del lVA procedente de la adquisición de materia prima y bienes destinados a las operaciones de exportación de productos agrícolas en estado natural, incluidos los derivados del primer proceso de industrialización tales como aceites crudos o desgomados, expellers, pellets y similares. Punto. Un mamarracho inaplicable. Se crearán, de paso, más oficinas y mas burócratas. Eso si va a funcionar.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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