El debate sobre de dónde hay que sacar los recursos para la estabilización del combustible es una cuestión muy interesante y apropiada porque realmente nos lleva a pensar acerca de qué recursos administra el Estado. Son casi US$ 14.000 millones, de los cuales US$2 mil millones se roban, dice el Banco Interamericano, cada año.
Simplemente con que se disminuyera a la mitad del robo sobraría diez veces más la cantidad que requerimos para la estabilización del combustible, y si llegamos a hacer otros recortes importantes -como sacar 150.000 empleados públicos que no hacen absolutamente nada- cortar los privilegios que tienen varios de los otros empleados públicos, recortar salarios podría ser alternativas, incrementar el impuesto al tabaco que le da tanto recursos a Cartes para terminar destruyendo las instituciones democráticas- entre otras cosas son algunas de las soluciones que deben surgir de la cabeza de nuestros legisladores y del Ejecutivo.
No tiene que ser necesariamente el pueblo el que tenga que pagar los empréstitos; él y varias generaciones suyas dentro de un Estado que realmente requiere un cambio profundo para que funcione en favor de los intereses de quienes son los legítimos propietarios los recursos que administra un gobierno determinado.
Es la hora de la creatividad, de la innovación y los sacrificios. De allí deben salir los recursos para el fondo de estabilización del combustible.
