Un político brasileño expresó lo que nunca un ser humano y menos un polìtico debería expresar afirmando que las mujeres ucranianas erán “fáciles porque eran pobres”. El escándalo estalló y debiera servir para erradicar los prejuicios que dominan las acciones y expresiones de unos cuantos inadaptados.
Paraguay se unió a 140 países de la ONU que condenan la invasión rusa a Ucrania y por otro desde Brasil se los comentarios sexistas de un político brasileño sobre los refugiados de Ucrania generan indignación. Son ejemplos quizá de lo que debemos y no debemos hacer en tiempos cómo este donde ya se da la cifra de 5 millones de personas que han decidido migrar de Ucrania a países aledaños para continuar con vida y entre estos viajantes, mujeres que fueron catalogadas cómo “fáciles porque son pobres”. Todo mal.
El congresista de São Paulo Arthur do Val que hizo las declaraciones durante una misión humanitaria a Ucrania que hoy ya tiene 5.901.067 ucranianos viviendo fuera de su país hasta antes de que haya iniciado esta “guerra” o invasión de rusos.
Hay que cambiar
A uno de los sectores sociales más importantes que sostiene, administra y hace crecer el hogar del mundo, que es la mujer no puede tratarse cómo lo hizo el diputado brasileño y otras cuestiones que recorren las redes sociales mostrando mujeres blondas de ojos azules a ls que se puede adoptar en medio del sufrimiento de sus millones de congéneres que migran cómo pueden ante las balas de la invasión rusa.
Los prejuicios son juicios que se dicen expresando aquello que vive en la profundidad de cada persona y que refleja su calaña. Lo del brasileño es despreciable cómo lo es que muchos actúan de esa manera con otros colectivos sociales. Esto no puede continuar de esa manera. Una educación orientada a acabar con ello le hará muy bien al mundo convulsionado e ignorante que vivimos.
