Los hechos de corrupción han sobrepasado la paciencia ciudadana, los distintos allanamientos practicados por la Senad, la falta de información entre organismos de seguridad, la presencia aún en el cargo de la Fiscala General, Sandra Quiñones, o la renuncia -o defenestramiento- de Giuzzio en el cargo de Ministro del Interior y su sustitución por Federico González nos demuestra con claridad que el Estado Paraguayo no sabe cómo enfrentar el grave problema de la inseguridad, de la delincuencia y del narcotráfico; tres aspectos que pueden acabar convirtiendo el Paraguay en un Estado Fallido o en una democracia de muy baja intensidad que solo se conforma con ir a elecciones cada cierto tiempo, pero para no cambia absolutamente nada y que gran parte del combustible que mueva la política sea el dinero sucio que surge de diferentes áreas en las que opera el mundo de la ilegalidad que ya nueve, dicen en el Paraguay- tres veces más que el Presupuesto General de Gastos de la nación.
Si no hacemos un esfuerzo colectivo, si no procuramos como ciudadanos enfrentar a todo aquello que realmente apesta y está pudriendo la caja de manzanas no vamos a salir de ésta. Es una gran tarea de todos y cada uno, para entender que no importa que dé empleo, que genere puestos de trabajos si el dinero de la persona que lo hace proviene de una actividad delictiva, ilegal o criminal tendría que recibir el repudio unánime de todos.
Desde allí podríamos empezar a cambiar la perspectiva de lo que es tolerable o lo que es intolerable.