Sigue la crisis entre rusos y ucranianos que ha puesto en vilo al mundo y a los precios del petróleo que terminamos pagando más por ello como consecuencia de la pulseada que occidente marca con Putin.
No se trata de solo un problema en el mundo sino uno que se suma a la pandemia, una que acompaña a lo que se está dando hoy día entre Rusia y -ucrania, un país que fue parte del URSS y que se disolvió en 1991 y que desde ese año en adelante no pudo consolidar su independencia ante los embates de Vladimir Putin, un abogado que fue parte del comité de seguridad para el estado o el Komitet Gosudarstrennoaja Bezopasnosty o KGB.
Los ucranianos quieren ser parte de la OTAN para protegerse de los rusos y estos consideran eso una provocación. También en territorio de ucraniano viven comunidades rusas a las que Putin toma como escudo para reivindicar territorio pero en realidad lo que hace es mostrar músculos y capacidad ante occidente. La reacción de este grupo de países dijo Biden será brutal.
Movidas claves
La OTAN o la Organización del Tratado del Atlántico Norte reune a 29 países que trabajan para garantizar la libertad y la seguridad de sus miembros a través de medios políticos y militares al que desea incorporarse Ucrania y no tiene el visto bueno del señor Putin.
La invasión rusa a este país busca en realidad intimidar a la OTAN. Que no es una organización a la que teme Putin por su capacidad militar y reacciona para alejarlo del territorio de Ucrania que quiere alojarlo para defenderse de las bravatas rusas.
Hasta ahora se mueven en el territorio de las amenazas y en el movimiento de tropas rusas que rodean a Ucrania de forma amenazadora pero sus efectos económicos se proyectan a nivel global.