La Fiscala General del Estado, Sandra Quiñónez, se encuentra ante un grave momento de su carrera personal y profesional; debe demostrar algo que no ha sido la característica suya desde que fue nombrada en el 2018, una verdadera voluntad y capacidad para enfrentar los grandes casos que involucran hechos de corrupción y a los corruptos políticos importantes.
La mayor debilidad exhibida durante su gestión ha sido la absoluta dependencia a los mandatos y dictados de Cartes y de sus seguidores políticos. No ha habido la intención, la motivación, ha habido una tendencia en su propia gestión de alargar esto pleitos o de nunca terminar por acusar en los casos en los que las investigaciones tendrían que haber tenido dicho fin.
Con todo lo que se le ha dado de información sobre estos casos de lavado de activos tuvo que aparecer una denuncia del Giuzzio en el congreso para que se movilizara y buscara salvarse; por eso tampoco es casualidad que inmediatamente que decidió iniciar una investigación, se pusiera a disposición suya Horacio Cartes; nadie más seguro que él para estar en manos de Sandra Quiñones para esta tarea de investigación y que como consecuencia de no haber encontrado absolutamente nada puede exhibirse impúdicamente como una victoria en el ámbito de la justicia.
Grave desafió volvemos a plantear también al sistema de justicia del Paraguay en su conjunto, que viene mostrando serias grietas que comprometen la continuidad de la democracia.