A través de una entrevista para la radio española “Cadena Ser”, Mabel Lozano, una de las mayores expertas del mundo en trata sexual, hizo un análisis acerca de la realidad sociocultural de los hombres españoles, con relación al consumo del trabajo sexual ofrecido por mujeres.
De acuerdo a la profesional, hay unos 8.500.000 de hombres españoles, más de un 38%, que reconocen consumir sexo de pago y, como agregado, los mismos son los primeros en reprochar o discriminar dicha actividad, comportándose como unos grandes ejemplos como patriarcas ante los ojos de los demás.
Ese nivel de doble moral no se encuentra muy ajeno a la realidad que se vive también en Paraguay, donde la hipocresía es uno de los personajes principales de la sociedad y la mayoría masculina trata de guardar su doble vida bajo una endeble apariencia que trata de posicionarlos como los principales propulsores de los valores familiares.
“La realidad expuesta en el estudio es un hecho que se observa en toda Latinoamérica; simplemente puede ser observado a través de la discusión en torno al aborto: muchos se rasgan las vestiduras y aseguran ser provida y profamilia, pero luego vemos que los índices de abortos son altísimos en la región”, determinó la abogada y activista feminista y de derechos humanos, Michi Moragas.
Michi Moragas
Para la especialista, la doble moral puede ser ejemplificada a través de esos aspectos básicos, para demostrar que el desarrollo de una doble vida se encuentra tan internalizado en la cotidianidad de los paraguayos y muchos latinoamericanos al momento en que despotrican contra determinadas cuestiones, para luego recurrir a ellas cuando no son observados.
“Hay incluso casos que involucran a políticos, declarados como provida y profamilia, quienes pese a contar con una familia constituida, pidieron a su amante que aborte; estos ejemplos muestran la doble moral de muchos hombres, independientemente del sector en el cual se encuentren”, apuntó Moragas.
PADRE AUSENTE, PERO EJEMPLAR
Posicionando de una manera mucho más fehaciente para ejemplificar la doble vida desarrollada por muchos hombres, la abogada y activista habló de los casos de padres irresponsables y ausentes que no participan en el crecimiento de sus hijos, pero posteriormente postean fotos con ellos en redes sociales para tratar de instaurar su imagen de padre comprometido.
Para la profesional, por un lado se pretende presentar al país como una sociedad provida y profamilia, pero luego se observa una gran cantidad de casos de exigencia a prestaciones alimentarias que constituyen a su parecer un indicador de la doble moral.
“Paraguay es un país muy fuerte de la doble moral; hay cosas de las que no se pueden hablar, pero de todos modos observamos que quienes critican sobre determinados hechos no aplican ese estilo de vida en su día a día”, expresó la analista.
En Paraguay, el trabajo sexual no está penalizado y no es visto como algo ilícito, por lo cual no es reconocido como trabajo y tampoco cuenta con ningún derecho laboral. Las mujeres no cuentan con algún tipo de protección para sus actividades realizadas y, en contrapartida, se resalta una enorme tasa de explotación sexual.
“Si se llega a hablar con mujeres que se dedican a actividades sexuales por dinero, las mismas contarán que la mayoría de sus clientes son personas casadas”, manifestó la experta; es así como se proyecta de una manera indiscutible la doble vida de muchos hombres.
Reforzando la perpetuidad de este tipo de actividades se encuentran aquellos que pagan por mantener relaciones sexuales con personas trans y a la vez son extorsionados por los policías, quienes “espían” a los hombres casados para luego amenazarlos con contar a sus familias sobre su doble vida, si no transfieren montos determinados.
“Así también se ve un poco de la doble moral con estas prácticas: por un lado se encuentra la crítica y por el otro el consumo. Si el trabajo sexual aún se mantiene, es porque sigue siendo demandado y muchos relatos que escuché tanto de mujeres trans como cisgénero hablan de experiencias con hombres casados o con pareja”, afirmó la activista feminista.