jueves, diciembre 26, 2024
18.1 C
Asunción

Moretones en la cara

No es nada nuevo el término feminicidio en el Paraguay, una referencia que indica los asesinatos realizados por varones motivados por supuestamente “tener derecho a ello” o superioridad sobre las mujeres, por placer o deseos sádicos hacia ellas, o por la suposición de propiedad sobre las féminas. Esto claramente como seres humanos lo rechazamos y desestimamos. Las penas son duras en nuestro corpus jurídico pero hay mucho camino para desmontar esta “cultura” machista mal entendida.

Los problemas que trae y significa el quitar una vida y más la de una persona que estira sola muchas veces la carreta de la familia, en un país donde el matriarcado juega un papel trascendente es una constante entre nosotros. Somos un país machista y violento y esto hay que desmontarlo. El elevado número de irresponsabilidad masculina en el hogar es frecuente y eso impacta sobre la mujer que es receptáculo de su incompetencia como padres y su falta de hombría cuando reduce la relación a la violencia. Empiezan con los puñetazos para terminar con el asesinato.

Buscando modos de defensa
Para defenderse ante la agresión masculina, se encuentran desarrollando medidas de autodefensa y protección personal para las damas cómo lo registrado en Bolivia donde ya hay taekwondo y psicología para hacer frente a la violencia machista. Hartas de las elevadas cifras de feminicidios en su país, en 2015 dos mujeres profesionales comenzaron a impartir formación en artes marciales en Bolivia, para la prevención del maltrato y autocuidado.

Ya debemos dejar de recordar algo elemental como terminar la violencia contra la mujer y entender por sobre todo mirando y conociendo a nuestras madres, hermanas y abuelas y lo que fueron, son y serán para nosotros que sigan con vida y respeto para que puedan no tanto servir a su entorno sino ser servidas cómo homenaje al género femenino. Ese tipo de conductas debemos repetir con las damas de nuestro entorno que deben y se merecen una vida con paz, amor y alegría, sin moretones ni miedo. Es justicia.

Más del autor

Cristo de cumpleaños

Incomunicados y solos

Una francesa valiente y corajuda

24-12-24

La pobreza sigue golpeando a la Argentina