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Planificación

Al terminar el año en el mapa mental de las personas y organizaciones resuena la posibilidad de iniciar nuevos ciclos, pero entendamos que los tiempos son una creación humana con el fin de tener idea de donde estamos parados, entender el ritmo de la naturaleza y claramente para organizarnos.

Existe un tiempo para todo, pero que no sea un limitante el día, la hora o el momento del año en el que decidamos hacer un corte para estudiar lo qué pasó y tomar conciencia de adonde queremos llegar. Si hablamos de candidaturas, como las que se aproximan para el 2023 con sus internas de diciembre de 2022, es importante entender que necesitamos un año de campaña, cuanto más tardemos en iniciar, mayor será el costo de visibilidad y reconocimiento por parte de los electores.

Pero hacer campaña no significa empezar fuera del calendario electoral que tiene unas reglas básicas que tenemos que cumplir para no ser sancionados, una campaña se inicia sin siquiera hablar de cual es el cargo al que aspiramos. Para esto es imprescindible contar con plataformas digitales como lo son las redes sociales, si bien un “me gusta” del Facebook o un “rt” en Twitter no significan un voto, dejar libre el espacio de las redes es perder una gran oportunidad de instalarse en la vidriera electoral. Otro punto clave es lograr temas de interés que nos posicionen en la agenda de los medios, nuevamente sin tufo electoralista, si no que interviniendo honestamente y de forma constructiva en temas de interés público, y para esto también es importante comprender de que habla la gente, que googlea o cuáles son los principales temas de discusión. Cada persona tiene un perfil, si buscamos forzar un debate o una acción para generar interés no solo se verá poco creíble, sino que también no será sostenible en el tiempo, se debe encontrar donde está la veta de autenticidad que coincida con nuestro perfil, con un enfoque que genere interés y direccione los micrófonos hacia nuestro lado.

Y es aquí donde llegamos a la planificación, la planificación debe tener cierta flexibilidad ya que los escenarios cambian, la vida no gira alrededor de un candidato y menos el electorado. Se tiene que construir una agenda donde se tengan claras las banderas (no más de 3) por las cuales uno va a ser identificado y en paralelo un seguimiento diario del pulso mediático y de las redes para encontrar espacios en los que se gane notoriedad, sin necesariamente ser un tema de nuestra propia agenda o una bandera. Esos son los dos caminos por los que debemos transitar de manera simultánea.

Daniel Ivoskus dice «Meme mata comunicado» y por el mismo camino la experiencia nos dice que una visión institucionalista de los perfiles elimina cualquier posibilidad de visibilidad orgánica, la comunicación debe ser emotiva, tenemos que hablar desde lo humano y si nos animamos, un poco disruptivos también. De otra forma aunque creamos estar en campaña, lo más probable es que no nos movamos de la línea de partida, y todo el esfuerzo será en vano.

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