Una de las cuestiones en términos de vacunación que emerge en nuestro país es el escaso nivel de confianza hacia lo público; como es el Estado el que pide a los ciudadanos que se vacunen y como éste no ha mostrado lo largo de muchos años una tarea de servicio hacia sus mandantes, el desprecio, el resistirse, el afirmar que no se van a vacunar, es una especie de respuesta desde lo personal hacia un Estado que ha estado ausente en realidad durante todo este largo tiempo en nuestro país.
Debemos recuperar el sentido de lo público, aquello que nos pertenece a todos. En el Paraguay, lo público significa lo de nadie, lo de nada, cuando tendría que significar lo de todos.
Una gran interrogante tendría que plantearse para buscar soluciones. Qué ha venido haciendo tan mal el Estado Paraguayo a lo largo de este tiempo para que la gente encuentre una forma de repudio hacia la poca capacidad de empatía de los burócratas hacia ellos que han decidido no vacunarse haciendo que los costos con respecto al tema del Covid-19 continúen siendo muy altos en pérdidas de vidas humanas y ocupación de hospitales.
Ya no decir lo que esto supone en términos económicos y sociales. Es la hora de buscar respuestas y para eso hay que redescubrir el sentido de lo público, hay que reformar el Estado y hacer que realmente ese monstruo filantrópico -como decía Octavio Paz- esté al servicio de la gente y no sirviéndose de ella.